JUBILEO CON LOS MOVIMIENTOS LAICALES

Decimos que la Iglesia es Pueblo de Dios. Así lo aprendemos de la Palabra revelada (cf. 1 Pedro 2,10) y de la enseñanza de la Iglesia (cf. Vaticano II).

“Significa esto que todos los bautizados y bautizadas, con igual dignidad y en la diversidad de servicios, construyen el Cuerpo de Cristo y consolidan, en la historia, la obra de Dios en favor de toda la humanidad”

, dijo Mons. José Mario en la homilía de la eucaristía celebrada el pasado 8 de julio con los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades que están presentes en la Iglesia Particular de Santa Marta. 

Esta celebración, que contó también con la presencia del P. Jorge Peña, Delegado para la Pastoral de los Movimientos Eclesiales y Nuevas Comunidades, tuvo lugar en el marco del jubileo por los 50 años de la Parroquia La Eucaristía, en el sector de Bavaria, en la ciudad de Santa Marta.

En esta celebración eucarística participaron las comunidades: Lazos de Amor Mariano, Comunidad de Siervos de Cristo Vivo, Renovación Carismática Católica, Movimiento Familiar Cristiano, Encuentro Matrimonial Mundial, Comunidad san Rafael, Legión de María, Acción Católica de Colombia, Seglares Franciscanos, entre otros.

En su homilía, Mons. José Mario también hizo énfasis en la labor primordial que realizan los grupos laicales en la evangelización. Su ejemplo constituye un testimonio vivo de quien vive en y por el Evangelio. Estos Movimientos nos ayudan a comprender, además, el necesario protagonismo de los laicos en la evangelización, que es tarea de todos. 

Recordó el obispo, finalmente, que es importante que los laicos, en plena vivencia de la fe, se inserten en las realidades temporales para transformar, desde dentro, con el influjo del Evangelio, la humanidad misma. Así lo recordaba Pablo VI en su famosa Exhortación Apostólica El anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo. Luego, los obispos de América Latina, reunidos en Puebla de los Ángeles (México), llegarán a decir:

“Los laicos son el corazón del mundo en la Iglesia y el corazón de la Iglesia en el mundo”. 

Que estos Movimientos sean cada vez más fecundos en su entrega apostólica y en su servicio a la Evangelización en nuestra Diócesis y en el mundo entero.